Quiero volver ser como un niño, aquel que confía plenamente en su padre. Deseo saber como escuchar cuando quieres educarme y hacer cuanto tú me pidas. Cuán distinto soy hoy día, me envuelve el tiempo, los quehaceres y las muchas distracciones que suelen surgir durante el mismo. Quisiera aprender sacar el tiempo para ti y poder comprender muchas cosas. Hoy sufro de orgullo, de soberbia y de desconfianza. Mi corazón se ha convertido en un corazón duro y distante de mi Dios y de mi prójimo. No comprendo la gente porque no deseo comprender, no escucho la gente porque no quiero escuchar, no motivo a la gente porque me falta motivación, cuán necio soy. ¿Qué busco? ¿Qué quiero? A caso lo sabes tú.
Recuerdo que en la niñez sabía como aprovechar bien mí tiempo y hasta podía descansar bajo un árbol y mirar al cerro sin que nadie interrumpiera ese momento sagrado. A veces solo miraba el cielo, contemplaba la forma en que se movían las ramas de los árboles y disfrutaba de la suave brisa del viento que acariciaba mi rostro. Sí, recuerdo también como añoraba encontrarme con mis amigos y escuchar lo que habían hecho durante el día. ¡Cuántas risas y momentos agradables! Hay breves instantes en que surge en mi mente escenas de veces en que te hablaba y en ocasiones que me maravillaba el por qué yo podía ver, moverme y hablar. Me maravillaba el ver cuantas cosas increíbles no comprendía pero al pasar el tiempo y al crecer, dejé de sentir esas maravillas. Ya comprendía con mi propia inteligencia y podía entender el por qué de muchas cosas y perdí la capacidad de maravillarme, de escucharte y de verte en todo lo que me rodeaba. Lo que hoy más me causa tristeza es ver cuanto ya no te veo en la gente y en mi. ¡Cuántos hombres han perdido la sensibilidad del corazón! ¡Cuántos han podido disfrutar de la sabiduría de Dios y la han remplazado con la sabiduría humana! Sí, yo mismo me incluyo y me causa gran tristeza en ver el estado en que me encuentro hoy. Hasta cuando voy a seguir perdiendo mi tiempo en cosas inútiles y pasajeras. ¿A donde voy Señor? ¿Dime, a donde voy?
Cuánto deseo ser niño otra vez y abrazarme junto a mi padre, sentarme en su falda y escuchar la melodiosa voz que me habla. Cuánto quisiera saber abandonarme ahora sin miedos y rodeos, sin poner obstáculos y pausas. ¿Qué me pasa Señor? ¿Hasta cuándo, hasta cuándo? Quiero, deseo y busco ser como niño otra vez. Capacítame Señor, muéstrame cómo saber escuchar, hablar y morir al hombre orgulloso, a la soberbia y a la dureza de corazón.
Dame luz, dame verdad, dame fe Señor. No ignores mi petición, enséñame y llévame nuevamente ante ti como antes. Ya no quiero ser igual, quiero producir frutos en mi vida. Quiero saber ser hermano, prójimo, amigo de Dios, amigo del hombre. Quiero saber amarme y dejarme amar, valorarme y saber valorar, escucharte y saber escuchar, amarte y yo amar. ¿Dime Señor, que tengo que hacer para ser libre de este hombre que me tiene prisionero?



Los pensamientos de los hombres no son como los de Dios. Dios es sencillo en sus palabras, Él se regocija en aquellos que hacen buen uso de los dones que se le han dado. El hombre sin temor de Dios se distancia y se le endurece el corazón. Poco a poco se enferma el alma, comienza la ceguedad y sordera espiritual. Su propia sabiduría lo transforma en hombre soberbio e indiferente. Gota a gota y paso a paso desvanece su sensibilidad y su sencillez. El niño interior comienza disminuir y se da el fenómeno del hombre que se quedó en el desierto dando vueltas por cuarenta años.

Me pregunto hasta cuándo pues, bien, te diré. Hasta cuándo tú quieras que sea. Solo cuando aceptes que yo soy tu todo, entonces podrás ver, escuchar y vivir como hombre de Dios. Es entonces que podrás ser como niño porque habrás comenzado a salir del desierto y has podido comprender el amor. El amor lo abarca todo, es libertad, es paz, es luz y es saber vivir en Dios y con Dios en el mundo. Habrá de reconocerme en el prójimo decaído, pobre, humilde, sencillo y amado por mi. Habrá de reconocer los dones del hermano sin sentir celos espirituales, habrá de apreciar y dar gracias por aquellos que trabajan por Dios, habrá de manifestarte en gozo espiritual y en la luz del Espíritu.

Dices que quieres ser como niño otra vez pero, eso se queda en un círculo infinito de petición cuando no ejerces el primer paso, el de lanzarte sin miedo, el de reconocer las propias debilidades del corazón. Es hacer abandono, ser como un niño que confía plenamente en el padre como lo hizo Abraham con Isaac ante la petición de mi Padre a que se lo ofreciera como sacrificio a Él. Es saber escuchar en todo momento, saber realizar en obras tus palabras ante Dios. Sí, es ser presencia ante Dios que está presente ante ti.

Ser como niño es depender con plena confianza en la sabiduría de Dios, vivirla y hacerla tuya en tus obras. Es saber de todo corazón que todo cuanto posee te lo ha dado Dios. Es ver cuanto te ama y responderle a Él en el prójimo necesitado y en dar tu sí a Dios. Dices que quieres volver escuchar las palabras de tu padre, sentarte en su falda, pues ven, no esperes más y acepta el amor de Dios, vívelo y entrégate a Él.

A veces he pensado que cuando uno pasa por situaciones que son capaces de sobrepasar nuestras capacidades, se desespera y no sabe como reaccionar, que hacer, ni para donde ir. No pretendo enseñar nada, solo es lo que a mi me ocurre, siento que todo el tiempo estoy luchando con situaciones imposibles de solucionar por mis propios medios, en momentos en que mis fuerzas no son suficientes para salir adelante por mi mismo... quizá por orgullo, quizá por ignorancia... no lo creo, pero siempre que me falta voluntad para hacer las cosas o para luchar contra situaciones complicadas me veo en la obligación de agachar el moño y recurrir a Dios, no me queda mas que hacerme el necesitado, pero es porque en verdad lo soy, no es por hacerme, porque en verdad que lo necesito.
Cuando siento mis fuerzas desvanecerse y las situaciones parecen pasar por encima mío, cuando mi entorno parece ser mas fuerte que mi propia poca voluntad, cuando lo que me rodea se quiere apoderar de mi y me quiere hacer caer, perder todo lo que creo que he ganado, es lo que acecha a cada instante, a cada momento, es lo que te quiere botar, lo que te quiere ver por el suelo, a ti y a tu esfuerzo, a tus ganas y tu voluntad de hacer la de alguien mas fuerte que tu mismo, la de alguien que puede darte una mano para pasar por sobre esto y todo lo que te crees inevitable e imposible...
Aunque no siempre es 100 % ayuda, no se pueden hacer las cosas solo, pero tampoco las pueden hacer por mi...
Hasta cuando Dios permitiría que siga pasando por cosas que no puedo vencer??
-Hasta que no seas humano, seas perfecto....jajajajajaj!!!!!
Si pudiese contra todo yo solo... no dependería de El, no dependeríamos de Dios, seríamos dioses todos, para mi flojera... lamento decirle que hay 1 solo Dios, y que dependo de El en todo sentido, a cada momento, de todas y cualquier forma...
Sé que ahora no te veo...
Sé que ahora no te siento...
Que no siempre te escucho, que no hablas directo
Que necesito escribir y alegar para responderme a mi mismo
Que cuando hago esto, me hablas a través de mí y no me percato...
Solo sé algunas cosas...
Que existes...
Que escuchas
Que amas
Que perdonas
Y es todo lo que tengo, es tu mano invisible, lo único que no me deja caer, lo único que me mantiene con vida y despierto, porque he sabido que hay varias formas de saber que estoy vivo, una es sentir dolor y tristeza, sentir la realidad en tu carne, en tu ser, sentir derrota y dependencia, la otra es sentir amor, la vida que El te insufla, la novedad que El pone en tu vida, el gozo de tu corazón, la paz de tu alma, esa que no consigues nada mas que a Su lado...
Doy gracias porque me diste vida antes de que me despertaran de una muerte lenta (un estado de sopor, una catarsis colectiva que te engaña, un sistema que te impone una vida en la que el dios no es Dios, con metas sin sentido), como la que sufren millones de almas a las que (mi conciencia que ahora es tu Espíritu) no deja de recordármelas... así es la verdad, así es de real ese mundo, mas que el natural, así se mueven las cosas en realidad...

Dios, Dios Dios Dios Dios Dios Dios.....
Te necesito mas que a mi vida (ahora entiendo como es quien desprecia su vida, la gana allá arriba), te necesito más que un vaso de agua cuando llego sediento del cerro, mas que un pan con chancho luego de un día sin comer, mas que ese tesito caliente en las mañanas, más que una taza de café cuando no me puedo dormir, realmente mas que todo lo que tengo y lo que soy... ( No me cobres nunca esa palabra por favor!!) Aunque es cierto, pero no trates así conmigo...
TE AMOOOOOO!!!!